No la obra de Dios es la que se frustra, sino las obras de los Hombres.
No es Cristo quién cae al fallar en la fe: es quién cae de su coherencia de fe aquel-aquella que se aleja de Cristo y reniega de su enseñanza y herencia.
No hay error o negligencia humana que pueda confundirse con pecado: porque el yerro en el humano es parte de su imperfección, pero el pecado es la voluntad de quebrar la fe desde adentro y encubrir la bazofia interna con mantos de hipocresía y engaños.
Arde el templo de piedra y madera: y lo material que se destruye puede ser reconstruido por el Hombre. Sin embargo, al incinerarse la verdad y la coherencia que destruye la fe- y confunde a los rediles por causa de sus perversos pastores-: ¿cómo hará el-la inocente para salvar su fe y desechar al (lo) malévolo?
Ha llegado la hora de asumir la fe en Cristo en propia persona, bajo responsabilidad personal, y comprometerse con la coherencia y la verdad venciéndose incluso a sí mismo.
Ya no más la fe de redil que obedece a otros Hombres: ahora es el tiempo clave para ascender a la fe comprometida con la propia congruencia y la verdad puesta en acción de vida.
Es la hora de la liberación de todo amarre formal, político y mundano de las religiones, y optar por la religiosidad de la Coherencia de Fe; y elegir vivir en concordancia y congruencia con la doctrina que se proclama. O somos aquello que es nuestra fe – y somos exactos según declaramos en nuestra fe– o no somos dignos de decirnos cristianos, Cristicos, seguidores de CristoJesús o parte de la honesta cristiandad que se construye en Cristo.
Han caído las denominaciones; ya nada significa declararse católico, ortodoxo, cristiano-bíblico o descender a particulares formas de entender la propia iglesia.
El Tiempo de Tribulación por el cual transitamos está desnudando verdades ocultas; y secretos antes nunca sabidos y menos imaginables han mostrado su descarnada realidad; las naciones están desorientadas y los vulgares gobiernan con sus antiguos cánticos de discriminación e injusticia en el vano nombre de la justicia y de revoluciones que nunca traerán lo nuevo sino lo oscuro de lo más rancio del pasado.
Y el Hombre en su individualismo y egoísmo ya no postula a la comunidad en su sentido más colectivo y solidario, sino que ha tomado la peligrosa vía descendente de la violencia, la confrontación, las guerras y la separación sectaria con su nefasta mentalidad tribal y cavernaria.
En esta hora crucial el planeta avisa su propio dolor y enfermedad, y se alzan voces anunciando que de seguir por la senda autodestructiva al final toda la humanidad será afectada, dañada y posiblemente diezmada. Pese a la evidencia hay quienes desde el poder y la ambición siguen su obra de saturación e intoxicación global.
¿De qué sirve la fe si el Hombre no se compadece de su propia casa? ¿Qué Ser de inteligencia media y sensibilidad minina destrozaría su propio hogar para saciar su enfermizo ego y codicia? ¿cómo entender la fe mezclada con la indiferencia ante los males que destruyen nuestro propio entorno?
La fe hoy llama a ser vivida en relación con la Vida: y luchar sin medios términos por (para) conservar la vida, y dar a ésta la connotación de paz y de espiritualidad que realmente posee.
Mucho dinero se reúne en horas y en pocos días ante el icono incinerado en una capital central de Europa: una catedral en llamas debiera llamar a reflexión sobre los pecados de las iglesias. Sin embargo, ante la pobreza de millones, de la infancia rota por la guerra y la emigración forzada, no hay fondos que reparen tal azote, ni hay potentados raspando sus ollas de oro para entregarlos a una justa causa: porque en ésta no hay bulla publicitaria que les resalte cuan magnos filántropos del mundo; ante la miseria de millones de seres vulnerables no hay urgencia, no hay emergencia, no hay sentido común de simple humanidad. Si fundiéramos las riquezas de los palacios y catedrales, y juntáramos el diez por ciento de toda la riqueza extrema en el planeta, y redujésemos la industria de la guerra para invertir en ciencia de paz: tendríamos más que suficiente para eliminar el hambre, dar techo a los refugiados, normalizar la emigración, y dar salud y medicina a quienes la necesitan… y sobraría.
Cristo nos llama a la verdad: y nadie que ponga su fe en Cristo puede negar la evidencia y la realidad.
Cristo nos llama a cuidar la infancia y no hacer mal a los niños y niñas – ‘porque a mí lo hacen’ (dice Cristo)– y cualquier nivel de degradación, de abuso, de maldad y daño a la inocencia es una afrenta a Dios, una abierta negación de Cristo, y una burda y abierta traición a la fe. Nadie que abuse de la puericia y candor de un ser humano en la plenitud de su inocencia puede ser asumido como ‘persona de fe en Dios, en Cristo, y en lo Bueno’: porque el (la)pervertido(a) es un (a) hijo(a) del mal, un ser de maldad, una persona cuya fe está puesta en los infiernos y el pecado. Y sobre este aspecto vital nadie puede equivocarse: no hay error en el crimen cometido hacia la santidad de la niñez: hay voluntad de hacer mal, hay bajo instinto movido por un alma tenebrosa, hay decisión de negar a Dios y a Cristo en su propio nombre… ¡blasfemia!
La Tribulación seguirá su inexorable marcha: el combate entre Bien y Mal se encuentra en su momento histórico más agudo y frontal. Los (las) tibios(as) y relativos(as) serán usados y utilizados por el Mal, y vomitados por Dios.
Ya no es hora de titubeos y parcialidades sectarias y utilitarias: hoy es el día en que los seres humanos tomamos partido. Estar con el Bien significa luchar por el Bien Común, la Justicia y la Paz, el progreso y la solidaridad…incluso sacrificando lo propio.
Nunca el Bien –en sentido espiritual– ha significado ‘sólo mi propio bienestar’. Siempre el Bien- para lo espiritual y desde la fe – ha sido el Bienestar de todo Ser Humano sin distinciones y sin discriminaciones.
El Bien rechaza y se aleja de toda violencia y de cualquier manifestación de intolerancia y sentido nefasto de posesión (de una persona sobre otra persona). El Bien se opondrá siempre a todo nivel de esclavitud, sujeción y carencia de libertad. El Bien no acepta la injusticia, la expoliación, y la explotación de seres humanos. El Bien cree en el dialogo, en la unidad en la diversidad, en la convivencia de los contrarios y en la unidad en base a causas comunes.
El Bien se rebela ante la pobreza material y se esmera por sacar de la pobreza espiritual a quienes vagan por el oscurantismo. El Bien siempre abrirá el Saber, la información y la educación a todos por igual pues considera que la Libertad está en la posibilidad de Optar: y nadie opta en la ignorancia.
El Bien es cuna y tierra fértil para la salvaguarda del planeta y la armonía en y con la naturaleza.
Las personas de fe somos seres de Bien; y la fe puesta en firme terreno del Bien exige coherencia, congruencia, verdad y transparencia.
Caída la falacia eclesiástica del sistema mundano: tenemos nuestra fe sin tapujos ante nuestro Dios, con el fin de que sea Dios nuestro Juez.
Quemados los símbolos del pasado y superados los poderes de la mentira y de la hipocresía: ahora somos libres de dependencias embaucadoras, y debemos hacernos responsables de nuestra fe: ahora es el momento de los compromisos de fe para poner por obra la verdad que nos vive.
Los Cristicos hemos vivenciado este proceso de liberación desde hace 28 años. Y sabemos que no es fácil vencer las costumbres religiosas que ensucian y enturbian la fe y no permiten la coherencia que Cristo nos impele desde su Palabra y Enseñanza.
Hemos batallado y no siempre hemos sido victoriosos. Sin embargo, hemos persistido y no hemos dejado de combatir en la fe. Y desde nuestra experiencia básica- y con la humildad que Cristo mandata a Los (Las) – Suyos y Suyas – ponemos al servicio de toda persona cuya fe ha sido depositada en Cristo, (cualquiera sea su denominación u origen eclesiástico, o nunca haya pertenecido a religión alguna), y que necesite la RESTAURACION ESPIRITUAL de la FE EN CRISTO: las jornadas de discernimiento de Fe para Restaurar Espiritualmente nuestra Relación con el Cristo Vivo.
Proponemos: RETIROS de dos días (14 horas efectivas) /por ejemplo: entrada sábado antes de mediodía- salida domingo después de mediodía (tipo 14-15 hrs.)/ O Jornadas en Retiro de 8 horas: todo con el propósito de compartir ORACION y MEDITACIÓN Cristicas, y recibir con amplitud de mente y buena disponibilidad de corazón la Doctrina del Plan de Salvación que nos abre nuevas avenidas para nuestra fe en el Cristo Vivo.
OFRECEMOS: reuniones y conferencias explicativas para concordar la asistencia programada a los Retiros.
¿Qué pedimos?: que las personas interesadas asistan con disposición de paz, con apertura de mente y buen corazón. Que sean personas con fe definida en Cristo. Que abandonen sus banderas eclesiásticas al momento de asistir (pudiendo recogerla después si así lo quieren, o no hacerlo si así lo deciden, y/o pasar por la propia cavilación y discernimiento libre, personal y espiritual todo cuanto escuchado y vivido) y se dispongan a participar con Espíritu y con Espiritualidad.
¿Qué queremos?: compartir una vivencia de años que creemos será realmente luminosa para quienes buscan reforzar su lazo de fe con el Cristo Vivo.
¿Quiénes somos? Una Entidad Cristica, carismática, evangelista y con mirada universal que trabaja en Chile desde 1991. Inscrita en el registro legal (desde el 2001) con Personalidad Jurídica Rol n° 00068. Con sacerdocio debidamente reglamentado. Promotores desde el año 2012 del ‘Movimiento de Fe Cristico’ en cuyos Círculos son abiertos a toda persona de fe en Cristo. Con acción Misionera Territorial en San Fernando; Santiago y zona Metropolitana; Aconcagua; La Serena-Coquimbo; Copiapó-Tierra Amarilla; Iquique; Arica; La Paz (Bolivia); con Acción de Socorro (Hermandad de socorredores y socorredoras) en Santiago, Valparaíso, La Serena-Coquimbo, e Iquique
Interesados-as: asistan a las reuniones y conferencias informativas previas.
Para información y para descarga ‘Manifiesto La Revolución de la Fe’ en: www.elgranfundamento.org
Por este portal se accede a ‘revista oficial del sacerdocio’ y diversos blogs del sacerdocio.
Para reuniones informativas dirigidas (grupos ya constituidos) o solicitar encuentros previos: Correo restauraciondelafeencristo@gmail.com
En, Con y Por Cristo, Dios Salvador
Sacerdocio bajo la Ley de Cristo
(Entidad Carisma, obra sacerdotal para consagración del creyente)